
Como habitante de José Sixto Verduzco, con 30 años de vida y dedicado al campo y la ganadería, no puedo ignorar la realidad que nos rodea. La sequía se ha convertido en un visitante indeseado en nuestros campos, y su impacto es innegable.
Nuestros cultivos de granos sufren. El maíz, el frijol y el trigo, pilares de nuestra economía local se ven mermados por la falta de agua. Las tierras resecas claman por lluvia, y nuestros bolsillos también lo sienten. La producción disminuye, los precios fluctúan y la incertidumbre se cierne sobre nosotros.
La economía de nuestro municipio está en juego. Los pequeños productores, como yo, enfrentamos desafíos diarios para mantener nuestras cosechas y ganado. La sequía no solo afecta los campos, sino también la vida cotidiana de nuestras familias.

Esperamos que las autoridades tomen medidas urgentes. Necesitamos soluciones, sistemas de riego más eficientes y apoyo para sobrevivir a esta aridez. Mientras tanto, nos aferramos a la esperanza y seguimos trabajando la tierra con la fe de que la lluvia volverá.
La sequía no solo es un problema climático; es una lucha por nuestra subsistencia. Unidos, como comunidad, enfrentaremos este desafío y buscaremos alternativas para mantener viva nuestra tierra y economía. 💧🌾